27 de mayo de 2008

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    27 de mayo de 2008

  • Por la Defensa del Petróleo y la Soberanía Nacional


  • C. Martín Esparza Flores, Secretario General del Sindicato Mexicano de Electricistas



    Embj. Jorge Eduardo Navarrete, Investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM



  • En apoyo a las iniciativas de Calderón


  • Dr. Mario Molina, Profesor de la Universidad de California en San Diego



    Francisco Barnés de Castro, Comisionado en la Comisión Reguladora de Energía




    Gerardo Gil-Valdivia, Presidente de la Sección Mexicana del Club de Roma

    Ponentes en Defensa del Petróleo y la Soberanía Nacional

  • Jorge Eduardo Navarrete
  • Martin Esparza
  • Francisco Rojas
  • Ponentes en apoyo a las reformas de Calderón

  • Mario Molina
  • Francisco Barnes de Castro
    En elaboración
    Entrevista al Dr. Mario Molina




    Entrevista al C.P. Francisco Rojas Gutiérrez

jueves, 29 de mayo de 2008

Planes y realidades

En medio de la discusión sobre la reforma de Pemex, el gobierno federal presentó un plan para detener el incremento de precios de los alimentos y un programa para financiar el desarrollo. Responden a necesidades coyunturales y a un planteo estratégico. En ambos, pese a proponerse reforzar su política, se expresan las graves carencias de la economía y, en consecuencia, los problemas estructurales derivados de más de 25 años de funcionamiento del patrón neoliberal.

Las medidas para tratar de frenar el alza de los precios consisten en retirar los aranceles a la importación de granos básicos y leche en polvo. Al eliminar impuestos naturalmente se beneficia a los importadores y se perjudica a los productores locales, sin que ello signifique necesariamente reducciones de precios o siquiera interrupción de su escalada. Se trata, además, de un sacrificio fiscal que sólo es posible explicarlo por la magnitud de los excedentes petroleros. De modo que, otra vez, se usan ingresos por la venta de recursos no renovables para subsidiar a los exportadores extranjeros y a las grandes cadenas comerciales.

El otro anuncio fue el del Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafide) que dice buscar un crecimiento mayor a 5 por ciento anual, la creación de 800 mil empleos anuales y una reducción de 30 por ciento de la pobreza alimentaria. Para lograr estas metas el Pronafide reforzará la estrategia para mejorar “los determinantes transversales de la competitividad de la economía mexicana”, lo que quiere decir que se cumpla el estado de derecho, que haya seguridad física y patrimonial, que se mantenga la estabilidad macroeconómica, la oferta de bienes públicos –en particular los energéticos–, la calidad de las normas y prácticas regulatorias. Si esto se cumpliera –lo que está lejos de la realidad– es difícil aceptar que el crecimiento se dinamizaría.

Estos planes y medidas, como siempre dicen, “sólo son posibles gracias a que México cuenta con una economía fuerte y estable”. La economía fuerte no parece existir y el propio Pronafide lo reconoce al señalar que con la implantación de las nuevas estrategias el crecimiento económico se disparará, pasando de 3.2 por ciento en 2007, 2.8 en 2008 y llegando a 5.2 en 2012. De modo que la fortaleza económica nacional, en condiciones excepcionales en las que los precios por la exportación de crudo alcanzan niveles que duplican el presupuesto es llegar en cuatro años a un crecimiento de 5 por ciento.

Con ventajas relativamente similares otros países latinoamericanos están ya creciendo por arriba de 5 por ciento anual y, pese a la recesión estadunidense mantienen ese ritmo. México se mantiene atado a los ciclos de la mayor economía del mundo, mientras que otros países similares han diversificado sus mercados aprovechando las también excepcionales condiciones de los mercados de bienes primarios y metales.

La tan presumida estabilidad macroeconómica es bastante discutible. En relación con el equilibrio fiscal, por ejemplo, es claro que si se incorporan al gasto los Pidiregas, es decir, las inversiones realizadas por empresas privadas sustituyendo gasto público y que debieran ser contabilizadas como deuda, tenemos un déficit fiscal superior a tres puntos porcentuales del producto. La inflación, pese a la persistencia de una política monetaria restrictiva ha rebasado ya los límites establecidos por el Banco de México y vigilados por ellos mismos. El déficit en la cuenta corriente pasó de 2 mil 220 millones de dólares en 2006 a 7 mil 281 millones en 2007.

Así que la realidad es contundente: ni fortaleza, ni estabilidad. Nuestra situación económica es crítica: la capacidad de producción agropecuaria está prácticamente perdida, el vaciamiento industrial es generalizado, la industria petrolera está completamente trunca. La consecuencia inmediata será que los niveles de pobreza aumentarán, tanto porque las familias más necesitadas recibirán menores recursos de sus migrantes, como por la inminente elevación de los precios de los alimentos. Los planes y las medidas del gobierno no servirán, son simplemente retóricos. La Jornada. Orlando Delgado Selley.

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Pacto político, identidad nacional

Idealmente se piensa que toda modificación del texto constitucional viene a ser una suerte de “perfeccionamiento”, una adaptación a necesidades nuevas, inexistentes en el momento de su redacción original. Pero hay de cambios a cambios. Que en el pasado algunos de éstos se hayan realizado sin consideración alguna hacia la coherencia interna de la Carta Magna (o en apego a la sintaxis), sea por capricho de los gobernantes o para favorecer y consolidar una determinada correlación de fuerzas entre los distintos grupos que forman la nación, no debería abrir las compuertas a las ocurrencias supuestamente modernizadoras que sólo ven en el texto mera “confusión”, anacronismo, trabas, teología jurídica o quimeras nacionalistas. Nada se opone a modificar la Constitución, pero existe un camino establecido que debe respetarse.

No hace mucho, observamos con estupor cómo un presidente tan descuidado e ignorante como Vicente Fox planteaba la urgencia de elaborar una Constitución completamente nuevecita para el México que según él nacía de la alternancia. Desde el flanco opuesto también suelen escucharse voces favorables a un proceso constituyente, capaz de remodelar el orden vigente y establecer las bases del futuro, esto es, para culminar la transición iniciada hace ya varias décadas. En ambos casos, cualquiera que sea la opinión que les merezca la carta constitucional vigente a los partidarios de una y otra opción, es obvio que se piensa en ella como un pacto político, como acertadamente la definió Arnaldo Córdova en su clara comparecencia en el Senado de la República. Claro que hay algunos vanguardistas locales para los cuales el único ejemplo digno de tomarse en cuenta es el que proviene de la Constitución estadunidense y sus leyes, aunque la realidad se obstine en contradecirlos.

Por eso valoro el comentario de don Juventino Castro y Castro publicado ayer en este diario, insistiendo en la premisa mayor de que el texto constitucional es el fundamento de la identidad nacional, tema cuya sola mención saca ronchas en ciertos círculos.Y cita para acreditar su aserto los artículos constitucionales donde, a su modo de ver, cristaliza dicho pacto “identitario”. En primer lugar, el artículo 2, que reconoce la pluralidad étnica y cultural de la nación y el papel que en ella cabe a los pueblos indígenas; el artículo 3, que norma los principios de la educación, asunto clave si los hay, pues en él se establece que “la educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa”; el artículo 12, que desconoce los “títulos de nobleza, ni prerrogativas y honores hereditarios, ni se dará efecto alguno a los otorgados por cualquier otro país”. El 89 precisa las facultades y las obligaciones del presidente, pues en la fracción X le ordena dirigir la política exterior, cumplimentando los siguientes principios normativos mexicanos: “La autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la igualdad jurídica de los estados, la cooperación internacional para el desarrollo y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.

Pero el artículo constitucional que mayores críticas e incomprensiones recibe es, justamente, el 27, el cual, sin confusión posible, establece que: “La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación…” El mismo que en su párrafo cuarto precisa: “Corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas… el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos…” Finalmente, Castro y Castro cita el 28 constitucional, donde se afirma: “No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: (...) petróleo y los demás hidrocarburos, petroquímica básica…”

No es descabellado suponer que el objetivo final de la ofensiva contra el tabú petrolero sea, justamente, desnaturalizar el sentido de este artículo, al que sus críticos confieren, en efecto, la mayor trascendencia, pues sobre él descansa una forma de entender la propiedad privada siempre a través de la óptica del “interés público”. Esa es la cuestión decisiva, pues lejos de ser expresión de la simple continuidad del viejo derecho colonial español, tales conceptos constituyen uno de los pilares del reformismo revolucionario mexicano, al que tan vehementemente se opusieron ayer y se oponen hoy los panistas (un eco del lenguaje rudo de la derecha se puede leer en las alocuciones y escritos del líder blanquiazul, don Germán Martínez). Si el gobierno no se lanzó a reformar el 27, como le piden sus valedores, no es por respeto al texto sino por temor a las consecuencias. Antes tendrían que probar que el pacto fundacional que lo hizo posible se ha extinguido y ya no se requiere en el mundo globalizado de hoy. Pero eso está por verse.

PD. Los diputados y políticos se harían un favor –y nos lo harían a todos– si leyeran los argumentos de Rafael Galván y los electricistas democráticos en favor de una industria energética –electricidad, petróleo, nuclear– nacionalizada. Se vería cuánto hemos retrocedido, que también ocurre. La Jornada. Adolfo Sánchez Rebolledo

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Seguridad energética, ¿para quién?

El tema de la seguridad energética –definida como la capacidad de un país para satisfacer la demanda nacional de energía con suficiencia, oportunidad, sustentabilidad y precios adecuados, en el presente y hacia un futuro, que suele medirse por lustros y decenios más que por años– apenas se menciona en las iniciativas de reforma petrolera que ahora se discuten. El diagnóstico en que se fundamentan le dedica cierta atención. Ahí se considera que “la reducción de las reservas pone en riesgo la seguridad energética del país” (p. 14); se afirma que debería llegarse a una tasa de reposición de reservas de “cuando menos el 100 por ciento e incluso más si se desea fortalecer la seguridad energética del país” (p. 15), y finalmente se asegura que es necesario “atacar todos los frentes [de extracción] posibles de manera simultánea para garantizar la seguridad energética del país en el mediano plazo” (p. 49). En suma, se considera que “fortalecer” o “garantizar” la seguridad energética en el mediano plazo exige mantener o aumentar el actual nivel de producción del orden de tres millones de barriles por día. Por su parte, sólo una de las propuestas de modificación legal, la de la Ley Reglamentaria del 27 Constitucional, alude al tema. En el artículo 41 propuesto se maneja el concepto de asegurar el suministro eficiente de los productos que se obtengan del petróleo, de gas y de petroquímicos básicos. Esta enmienda obedece, como tantas otras, al propósito de permitir que agentes privados, foráneos o nacionales, sean los que tomen a su cargo ese suministro eficiente, ya que se considera que Pemex carece de la capacidad para garantizarlo. De esta suerte, al analizar las iniciativas desde el punto de vista de la seguridad energética, cabe preguntarse: ¿para quién?

La seguridad energética es indisociable de la racionalidad y sustentabilidad del consumo. No puede pretenderse que cubra demandas dispendiosas o notoriamente ineficientes. Situarse a la vanguardia de la eficiencia energética es una de las mejores vías para satisfacer la demanda actual y contar con seguridad frente a las exigencias de largo plazo del desarrollo nacional. Sin embargo, se ha puesto de moda un falso concepto de seguridad energética que la asocia con la satisfacción instantánea de cualquier demanda: gasolina suficiente para llenar los tanques de todos los vehículos sin importar la distancia que recorran por litro; electricidad suficiente para mantener los edificios iluminados y “ambientalizados” durante 24 horas 365 días. Se trata de una noción “comprada” al mayor consumidor de energía del mundo, que ha impuesto este tipo de paradigmas depredadores. Más que ser imitados, como por desgracia ocurre, deberían ser combatidos mediante políticas públicas eficaces. La verdadera inseguridad en materia de energía, y en especial de petróleo, proviene de depender de suministros, inversiones, tecnologías y prácticas administrativas foráneas. Esta dependencia se acentuaría si las iniciativas bajo examen –“digo, es un decir”– fuesen aprobadas.

En lo que va del siglo se ha deteriorado la seguridad energética de la nación. La satisfacción de importantes demandas de energía depende, de manera creciente, de suministros foráneos. Esta dependencia, especialmente manifiesta en el carbón y el gas natural, ha estado en buena medida determinada por decisiones erróneas en materia de generación eléctrica, que priorizaron las plantas carboeléctricas y, sobre todo, los ciclos combinados de gas natural. Éstos han sido instalados por los generadores privados, cuya capacidad instalada efectiva equivale ya a casi un tercio de la de las empresas estatales. En otras palabras, desde que se autorizó la generación independiente de energía, CFE y LFC han dejado de invertir en generación. Cabe preguntar si, de manera similar, Pemex suspenderá todas sus inversiones en refinación si se autoriza –“digo, es un decir”– la instalación en el país de refinerías privadas.

Por otra parte, si al proponer que se mantenga o incremente la actual plataforma petrolera se espera conservar o incluso acentuar el actual sesgo exportador –como algunas declaraciones oficiales sugieren– no se estará fortaleciendo o garantizando la seguridad energética de México. En todo caso, se estaría contribuyendo a fortalecer o garantizar la seguridad energética de las naciones a las que exportamos el crudo.

Así como con las reformas planteadas se pretende alterar lo esencial modificando lo secundario, en las relaciones exteriores se han adoptado acuerdos que corresponden más bien a la figura de tratados, a fin de evitar someterlos a la ratificación del Senado. Tal es el caso del Acuerdo Trilateral sobre Cooperación en Ciencia y Tecnología Energéticas, adoptado en Montebello, Canadá, en agosto de 2007. Persigue el objetivo de fomentar “la investigación y el desarrollo energéticos, a escala bilateral o trilateral, para el desarrollo de tecnologías de energía avanzadas, para usos pacíficos, sobre la base del beneficio mutuo, la igualdad y la reciprocidad”. En su artículo 3º, entre los campos de aplicación del acuerdo –que incluyen las energías renovables, la eficiencia energética, la energía nuclear, los combustibles fósiles y la electricidad– se cita, como numeral V, “los instrumentos de planificación de la seguridad energética”.

Quizá este documento poco conocido, que sólo aparece en la página web en inglés de la ASPAN, explica la importancia apenas marginal que en la reforma petrolera propuesta se otorga al tema de seguridad energética. Parece que la actual administración lo considera un asunto trilateral y no una cuestión crucial de interés nacional. Se entiende así la insistencia en mantener e incluso ampliar la plataforma de producción petrolera y de preservar y aun acentuar el sesgo exportador de la explotación de los yacimientos petrolíferos mexicanos: contribuir a garantizar la seguridad energética de América del Norte. Como la de Canadá está más que garantizada, se trata, en una palabra, de ayudar a la seguridad energética del consumidor de energía más dispendioso del planeta.

En suma, si las iniciativas se abordan desde el punto de vista de la seguridad energética, cabe concluir que no sirven a los intereses nacionales en la materia y, por tanto, merecerían ser rechazadas. Forman parte de un esquema que subordina la seguridad energética del país a la de Estados Unidos. La Jornada. Jorge Eduardo Navarrete

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miércoles, 28 de mayo de 2008

Vuelven los Cárdenas: por el 2012 y contra AMLO

El ex gobernador de Michoacán Lázaro Cárdenas Batel expresó ayer que “por muerto no me doy, ni me daré”, de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
Dijo sin embargo que por el momento no se ha planteado la posibilidad de contender por algún puesto de elección popular en los comicios intermedios de 2009.
Luego dijo que participará como un militante más del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la defensa de los principios que ha enarbolado siempre.
Cárdenas Batel agradeció las muestras de apoyo que ha recibido de deferentes sectores de su partido para contender por algún cargo, sin embargo, reiteró que por el momento eso no entra en sus planes.
¿Lo veremos en las elecciones del 2009?, se le preguntó. “Votando, por supuesto que sí”, respondió sonriente.

Cárdenas a AMLO: la defensa del petróleo rebasa a los individuos
[ Ignacio Roque Madriz en Morelia ]
Al deslindarse del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, el fundador del Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, juzgó como “desubicada, excluyente y limitativa” la declaración del “presidente legítimo” cuando el pasado 17 del mes en curso, en esta capital, hizo un reconocimiento público al hijo del expropiador del petróleo “por su apoyo tan importante, significativo y trascendente” en el movimiento nacional en defensa del hidrocarburo.
Asimismo el también ex gobernador de Michoacán estableció: “debiéramos en todo caso congratularnos con todos, con quien sea, en una causa patriótica, que nos rebasa a individuos y organizaciones, que circunstancialmente puede tener múltiples cabezas, que no debe estrecharse personalizándola y respecto a la cual debiéramos buscar concurrencia de la más amplia pluralidad política y social”.
En el marco de la conferencia magistral que dictó en el Centro de Convenciones sobre el tema “Pemex en el marco de la reforma energética” subrayó: “yo me congratulo de coincidir con él y con todos aquellos que participan en la lucha por una política petrolera que fortalezca nuestra soberanía”.
También precisó: “para muchos, entre los que orgullosamente me cuento, ésta no es una lucha de hoy ni de coyuntura política, sino de profundas convicciones y de muchos años atrás”.
En otra parte de su intervención Cuauhtémoc Cárdenas comentó que a él le dio gusto, por ejemplo en las presentaciones que están teniendo lugar en el Senado de la República, haber encontrado coincidencias parciales con dirigentes políticos y miembros destacados de distintos partidos, como Beatriz Paredes y David Ibarra; con académicos como Javier Jiménez Espriú y Lorenzo Meyer y con otros compañeros de partido, como Arnaldo Córdova, así como con juristas y técnicos.
En ese sentido remarcó: “me da gusto porque eso deja ver que la causa del petróleo como factor de soberanía es una causa de muchos mexicanos, que se libra en diferentes pociones políticas y desde múltiples trincheras, todas vitales en esta lucha”.
Durante su disertación, el vástago del General Lázaro Cárdenas del Río destacó que uno de los grandes retos de la generación a la que pertenecemos está en la puesta en práctica de una nueva política petrolera que fortalezca la soberanía de la nación, estimule el crecimiento de nuestra economía y contribuya a elevar las condiciones de vida de los mexicanos
Enfrentemos ese reto con responsabilidad y decisión, dijo Cárdenas Solórzano a los más de dos mil personas asistentes la conferencia organizada por la fracción parlamentaria del PRD en la LXXI Legislatura del Estado a la que acudieron legisladores y personas militantes de distintos partidos y agrupaciones políticas y sociales, entre ellos del PRI, PAN, PT y Convergencia y del propio partido del sol azteca, entre otros. Cabe mencionar que el gobernador Leonel Godoy Rangel no asistió al evento.
“En un descuido, de la lucha por el petróleo surge la gran coincidencia patriótica y progresista que hoy reclama el país”, matizó.
Sobre el debate de la Reforma Energética, refirió que él esperaría que en sus respectivas Cámaras, los senadores y diputados federales busquen no sólo las coincidencias ya existentes con representantes de otros partidos, sino que busquen convencer a más legisladores para sumarlos a las posiciones que ellos ya sostienen y defienden, a fin de hacer mayoría cuando se den las votaciones. La Crónica de hoy Mayo 28, 2008

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Crecimiento de 6% con reformas

José Manuel Arteaga y Sergio Jiménez
El Universal
Miércoles 28 de mayo de 2008

jose.arteaga@eluniversal.com.mx sergio.jimenez@eluniversal.com.mx
La implementación acelerada para que México concrete una agenda de reformas estructurales, en donde se encuentre la energética, laboral y de telecomunicaciones, permitirán al país alcanzar anualmente tasas de crecimiento superior a 6% al final del sexenio del presidente Felipe Calderón.

Según el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide) 2008-2012, que se presentó ayer, en un escenario favorable se podrían generar en el país un millón 100 mil empleos anuales.

Además de que el ahorro interno bruto alcanzaría 25% del Producto Interno Bruto (PIB) y la inversión bruta llegaría a 27% del PIB.

El presidente Felipe Calderón argumentó que concretar las reformas energética, laboral y de telecomunicaciones permitiría al país alcanzar tasas de crecimiento de 6%.

“El escenario favorable consiste en la implementación acelerada de la agenda de reforma”, sostuvo Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda.

Agregó que el escenario central en donde México crecería hacia 2012 a una tasa superior a 5% no incorpora la aprobación de la reforma energética.

El Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo presentado ayer en Palacio Nacional presentó tres escenarios alternativos para la economía de México.

En el escenario más favorable se contempla que la reforma energética tendría un impacto adicional a lo estimado de 0.5% sobre la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto.

Además de que alcanzar tasas superiores de crecimiento anuales de 6% demostraría que los programas del gobierno federal tendrían un impacto mayor al estimado, que llevaría a situaciones similares a las de países como Chile, Corea del Sur e Irlanda. El segundo escenario, el conservador, plantea una tasa de crecimiento superior a 5%, en donde la economía de Estados Unidos crece a un ritmo similar a su potencial.

El escenario desfavorable tiene una tasa de crecimiento hacia el final del sexenio de 3.5% y es producto de la falta de acuerdos para concretar reformas.

“Se espera que la economía de Estados Unidos se recupere en el corto plazo o el mediano plazo, lo cual dependerá de la velocidad de ajuste de los balances de las familias y las empresas, y la reducción de la incertidumbre en los mercados financieros”, se resalta en el programa.

El programa contempla que la inversión se incremente a un nivel de 25.5% del PIB en 2012.

Además, el nivel de ahorro interno pasaría de 21.7% del Producto Interno Bruto en 2007 a 23.8% en el 2012, mientras el ahorro financiero pasará de 52% del PIB en este año a 65% en 2012.

La inversión privada pasaría de 18.2% del PIB en 2007 a 20.5% al cierre de la administración de Felipe Calderón.

Finalmente, los ingresos petroleros disminuirán a 7% del PIB, mientras los tributarios aumentarán hasta 12% del Producto interno Bruto.

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Mario Molina afirma que no es integral la iniciativa energética; pide emplear las energías renovables y advierte que "la atmósfera se nos agotará"

Las iniciativas enviadas por el presidente Felipe Calderón al Senado “no representan una reforma energética integral a largo plazo como la que realmente se requiere para enfrentar con éxito los desafíos económicos y ambientales que hoy se nos presentan”, consideró el premio Nobel de Química Mario Molina Henríquez.
Durante su participación en el quinto foro que tuvo lugar ayer, el especialista indicó que se debe atender “con urgencia” el problema específico de Pemex, pero como un segundo paso se debe impulsar una reforma integral en materia energética.
Se deben impulsar las energías renovables, como la eólica y la solar, expuso. La energía geotérmica, dijo, también tiene un potencial muy considerable e incluso hay que fomentar el uso de la energía nuclear, siempre y cuando se logre con plantas más seguras y compactas y tomando en cuenta el problema de residuos radiactivos y el de proliferación de armas nucleares.
Añadió que los biocombustibles también pueden contribuir a la solución del problema en la medida en que su producción no compita con la de alimentos, y siempre que su producción no dañe los ecosistemas.
Molina Henríquez comentó que a nuestro país le conviene aplicar una política energética “que estimule nuestro desarrollo económico y que al mismo tiempo resulte en menores emisiones de gases de efecto invernadero”.
El experto aseveró que el sostener que el principal problema que enfrenta la sociedad relacionado con la energía es el inminente agotamiento del petróleo y que el calentamiento global se puede atender después. “Es una visión equivocada”, remarcó.
Indicó que existen grandes reservas de energéticos fósiles en el mundo, no solamente el petróleo y el gas natural, sino también el carbón y las arenas bituminosas. Antes de que se acaben estas reservas, sostuvo, se agotará la capacidad de la atmósfera para almacenar los gases de efecto invernadero sin responder con fenómenos climáticos extremos.
Mario Molina expresó que México debe asumir un papel de liderazgo en la lucha que se presenta en varias partes del mundo para combatir los efectos del calentamiento global.
En cuanto al caso específico del petróleo, Mario Molina afirmó que es urgente modernizar y lograr así que Pemex sea una empresa que contribuya por muchos años más al desarrollo del país y al bienestar de la población “y que sea genuinamente orgullo de todos nosotros”.
Añadió: “más allá de las discusiones políticas y jurídicas, cuya importancia reconozco pero sobre las que no me corresponde opinar, en lo que creo que todos debemos estar de acuerdo es en que para México es fundamental que su industria petrolera sea más eficiente, más productiva y más competitiva en el ámbito internacional”.
Esto es, que pueda competir al tú por tú con las empresas más eficientes y rentables del mundo. Para alcanzar estas metas es indispensable que nuestra industria petrolera sea menos vulnerable, que esté mejor administrada, que sea más limpia y más segura y que esté libre de corrupción.
Para mí es evidente que ningún partido político o sistema administrativo tiene el monopolio de la corrupción o el de la honestidad. Hay muchos ejemplos tanto de empresas privadas como públicas extremadamente ineficientes, y con altos niveles de corrupción, que favorecen injustamente a ciertos grupos de interés. Por fortuna también hay ejemplos de todo tipo de empresas, públicas y privadas, que funcionan eficientemente y con honestidad, recalcó.
Alertó de que el error que se debe prevenir a toda costa es el de complicar aún más los trámites burocráticos requeridos para la operación de Pemex con la excusa de garantizar la honestidad, cuando es evidente que el impacto de estas medidas en la corrupción es prácticamente inexistente.
Por el contrario, sostuvo, es imperativo simplificar los trámites y liberar a la paraestatal de controles excesivos e ineficaces. Periódico La Crónica

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Propondrá Fidel Herrera que los estados productores de hidrocarburos puedan asociarse con Pemex

El Financiero en línea

México, 27 de mayo.- El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, defenderá las propuestas de los estados productores de petróleo durante su participación en el debate nacional en materia energética.

A dos días de participar en el foro en materia energética que organiza el Senado de la República, ratificó su apego a la postura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra la participación de capital privado en Pemex.

Sin embargo, advirtió que urgen inversiones y tecnología, porque de lo contrario esta riqueza no se aprovechará para combatir la pobreza y también para impulsar el desarrollo nacional.

Dicha reforma deberá contribuir a combatir el empobrecimiento de la economía familiar, que es donde la población resiente los cambios en la economía nacional, reiteró.

Herrera Beltrán manifestó que tendrá que ser una transformación que fortalezca a Petróleos Mexicanos (Pemex) y que beneficie a su entidad por ser un gran productor de hidrocarburos.

El gobernador convocó a los intelectuales, académicos, empresarios, legisladores, pintores, escultores y escritores a apoyar la reforma energética desde su trinchera, y hacer así su importante aportación al desarrollo del país.

El Ejecutivo estatal aseguró que llevará a los foros una propuesta apegada a la Constitución para que los estados productores de hidrocarburos puedan asociarse con Petróleos Mexicanos. (Con información de Notimex/RCG)

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